Beneficios de correr en Cesped, Arena y Tierra para tu entrenamiento.

Correr en Arena Correr en Arena

Elegir terreno cuando salimos a correr no es fácil, todo depende de lo que queramos: entrenar fuerza, rodar, hacer series, depende también del estado de nuestras articulaciones y las zapatillas que tengamos a mano. Cambiar de superficie durante tus entrenamientos es una forma estupenda de proporcionar nuevos estímulos que te hagan progresar. De esta manera, podrás dar un paso extra en tu rutina de entrenamiento. Conozcamos los beneficios de correr en Cesped, Arena y Tierra para tu entrenamiento.

 

Correr en Cesped

En primer lugar, y según nos apuntan diversos estudios, la mejor superficie para correr es la hierba o cesped natural, ya que el efecto que tiene la hierba al amortiguar los golpes de nuestras pisadas hace que sufran mucho menos tanto las articulaciones como para el resto tanto de los pies como de las piernas. También es una muy buena superficie para correr la hierba artificial, aunque como normalmente aumenta la dureza de las hojas artificiales puede perjudicar a algunos corredores en particular como pueden ser los que corren sin calzado. Por otra parte, tenemos que tener cuidado con las irregularidades de ambas, sobre todo de la hierba natural, ya que esto nos puede hacer sufrir caídas o incluso lesiones en los casos más graves.

 

Correr en Arena

La situación en arena es muy diferente, se requiere hacer más esfuerzo y hay una mayor carga muscular, lo que hace que el deportista trabaje su potencia y fortaleza. El corredor deberá trotar con cuidado, ya que al ser un terreno irregular, sus rodillas y tobillos pueden sufrir una lesión en cualquier momento.  Debes localizar un tipo de arena que no sea tan blanda como para que te cueste avanzar ni tan dura que ni se marquen tus pisadas. La ideal es la que está en la orilla del mar.  Muchos preparadores físicos llevan a sus jugadores a correr a la playa como medio para la prevención de lesiones ya que el componente propioceptivo que se da corriendo en la arena no se consigue fácilmente en otra superficie. Por otro lado, son muchos los expertos que recomiendan correr por arena seca con zapatillas, pero eso varía en cada caso.

 

Correr en Tierra

La tierra para muchos es considerada como la superficie «reina» para desarrollar la actividad de correr, tanto se trate de un atleta aficionado como competitivo. Los caminos de tierra absorben una gran proporción de la energía generada por nuestras zancadas, y al mismo tiempo permiten un buen grado de impulso, haciendo que nuestra carrera no sea físicamente tan exigente. También tendremos como ventaja que el piso estará a nuestra vista, no como sucede en el caso de la grama, por lo que nuestra pisada será generalmente estable y evitaremos posibles lesiones por torceduras.

 

Los caminos de tierra son ideales para realizar largos rodajes de fondo, especialmente si podemos diseñar circuitos en los que no tengamos que hacer vueltas o repeticiones. La tierra por su buena amortiguación y estabilidad, también se presta como una superficie ideal para trabajos de calidad de series e intervalos de intensidad media. Por mencionar alguna característica en contra, la presencia de lluvia puede afectar muy negativamente la solidez y consistencia de este tipo de terreno, haciéndolo en algunos casos impracticable o cuando menos muy peligroso al formarse agua estancada y barro que nos pueden ocasionar resbalones e incluso caídas.

 

Visto lo anterior, se pueden sacar las siguientes conclusiones:

  • No existe un tipo de terreno ideal para el entrenamiento de atletas sin que estos tengan el riesgo de posibles lesiones, ya que en muchas ocasiones las lesiones provienen de una conjunción de factores y circunstancias que se van sumando para obtener un resultado final nocivo.
  • Cada atleta, dependiendo de sus objetivos y planificación, es quien debe buscar en cada una de sus sesiones el terreno más adecuado para realizar el trabajo específico respectivo y, de igual modo, deberá ajustar el calzado elegido a esa intensidad y superficie. Todo está correlacionado.
  • Para trabajos suaves, de baja – media intensidad, regenerativos y de descarga, las superficies más idóneas son la tierra y la grama baja.
  • Cuando nuestro objetivo sea potenciar la fuerza, optaremos por terrenos más inestables como tierra no regular, trillos, hierba alta, y ocasionalmente arena de playa.

 

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